lunes, 25 de agosto de 2008

Lo que nos venden

Anoche vi ooooootra película norteamericana en la que su presidente sufre un atentado a manos del "mundo árabe"...

¿Y saben qué? Me tienen harta.

No es que la película fuese mala, al contrario, tenía una vuelta de tuerca interesante, una manera de contarla algo menos común y el infaltable actor lindo de ver... Pero adivinar quiénes eran los malos a 20 minutos de empezar... Digamos que le quita la mitad de la sorpresa.

Más si consideramos que, con una cierta cultura general, ya conocemos hasta la forma en que opera esta gente... la falta de sorpresa sube como a un 75%, tal vez más.

(Que conste en actas: ni siquiera estoy considerado que ya sabemos que los estadounidenses son unos genios que resuelven todo en el último segundo y siempre salen bien parados.)

Aún así, dejando todo eso de lado, lo que me tiene cansada es otra cosa:

EL PROPAGANDISMO DE ESTADOS UNIDOS

Ya no alcanza con que nos metan la idea de que es el país de la libertad, que todos viven bien en él y no se puede ser feliz de otra manera que no sea la norteamericana... Ahora también nos tienen que convencer de que todo país que se desenvuelva de otra manera es un cuco monstruoso que nos va a comer a todos.

El problema es que, si nos dejamos convencer, puede que terminemos olvidando que cada país tiene la libertad de regirse por su propia cultura y gobierno.
No quiere decir que debamos estar de acuerdo con todos, sólo que merecen respeto y no pueden pasarse por encima sólo para satisfacer los intereses de 1 país, no importa cuál sea.

En este caso puntual, se trata de un grupo que ha ganado el odio del mundo por sus actos terroristas; sin embargo, Estados Unidos tapa con sus producciones la historia de manos dadas que los llevó a la tensión actual y cualquier aspecto positivo que podamos encontrar en esta cultura que supo sobrevivir al desierto y hoy encuentra el camino al esplendor mundial.

Así, películas, series y talk-shows exportados vía televisión por cable intentan cultivar, 24 hs al día, sus "aguileñas" ideas en la mente de aquellos desprevenidos espectadores que absorben contenidos sin un mínimo paso al costado. Tal vez sea yo demasiado crítica y tendiente a encontrarle la quinta pata al gato, pero estoy realmente convencida de que lo más sano es colocar una barrera invisible entre nosotros y aquello que vemos u oímos; porque así como hoy nos meten ideas para un lado, mañana intentarán metérnoslas hacia el otro.

Antes (y siempre) fue Cuba, por comunista y cerrada; ahora Medio Oriente por otras tantas y convenientes razones... Cuidado, no vaya a ser que mañana seamos nosotros simplemente por no querer vivir a su manera y bajar la cabeza cada vez que se les cante.

domingo, 17 de agosto de 2008

Rolling Stone

Debo confesar algo... Hasta ahora, nunca había logrado leer una revista RollingStone entera... y eso que tengo varias compradas por absoluto gusto.

Tampoco se trata de que no me guste leer... me encanta! Si lo que más me gusta de ella es que TIENE texto y ¡para colmo! más que interesante y bien escrito. ¡¡¡Y no se me termina antes de que el colectivo llegue a casa!!! ¿¿Qué más puedo pedir?? Dejando las bromas de lado, me parece de muy buena calidad en todos los sentidos... Pero por alguna extraña razón, siempre me quedaban pedazos pendientes.

Eso fue hasta este fin de semana... ¡Que logré terminar una! ¡De principio a fin! La RollingStone de agosto 2008. Me la regalaron el viernes pero, para ser sincera, no la toqué. Buscaba escribir, no leer... Ante mi desesperación de no encontrar un tema, me senté el sábado a leerla con seriedad. "¡Voy a escribir sobre alguna de estas notas!", me dije. Varias parecían interesantes. Empecé y, como esperaba, me gustaron; así que continué leyendo para encontrar la mejor. Cuando quise darme cuenta, había llegado al domingo ¡y al final de la revista! Sin tema, aunque con varias ideas en la cabeza...

Finalmente, se lo ganó. Decidí hablar sobre la revista entera. Que leyera todo demuestra que cada texto encontró algo con qué hacerse valer.

Comencé curioseando las primeras páginas, como es habitual. Índice, editorial, adelantos, cartas de lectores... Aunque no estoy de acuerdo con todas las ideas presentes, reconozco que en cada una encontré cosas que me gustaron.
La editorial se destacó explicando, una vez más, su postura ante algunas cosas. En este caso, lo ocurrido en Cromañón; pero sobre todo, justificando la nota sobre el tema presente en esta edición. Al principio no le di tanta importancia, pensé que se debía simplemente a la cantidad de escritos que existen sobre el tema. Me equivoqué.
La forma en que se cuenta la historia puede herir algunas susceptibilidades al principio, parecer fuera de contexto si no se leyó la editorial. Sin embargo, es más que efectiva para tomar conciencia y recordar que la tragedia no es sólo para los que murieron, sino que continúa en aquellos que viven. Incluye un buen resumen de lo que será la estructura del juicio, aunque tal vez sufrió de falta de espacio.
Curiosamente, "Campo vs Gobierno. Polaroids de locura ordinaria" era exactamente lo que esperaba. Al punto de que me dejó con ganas de más polaroids.
En cambio la entrevista a Mario Pergolini sólo me dejó con ganas de más fotos... Me pintó el cuadro entero y me sacó MUCHA de la curiosidad que venía acumulando sobre ese estudio tan único que están preparando en Rock & Pop. Pero con las producciones fotográficas que consiguen estas potencias cuando se juntan... las fotos fueron pocas. (Y q conste que no estoy contando cómo babeé con la tapa para que no me acusen de dejarme llevar por mis hormonas más que femeninas mariopartidistas...).
A lo que no le encontré objeciones fue a "Las 100 mejores canciones de guitarra". Admito que no las conozco todas, ni a todos los intérpretes mencionados, pero están tan bien justificadas que consigo entender por qué se las eligió. Lo que más me gusta es que en su mayoría son clásicos pero no les negaron el lugar a temas nuevos.
"Una noche con Amy Winehouse" responde a esa eterna curiosidad que tenemos sobre cuánto hay de real en lo que se cuenta sobre la vida de las estrellas musicales... Parece que, en este caso, hay bastante de verdad en el mito.
Eso sí, si quieren una biografía fuerte, lean la de César Andino, de Cabezones. 2 páginas de texto y 2 de foto, pero ninguna tiene desperdicio.
No obstante, lo que ganó en sorpresa para mí, fue la eco-aldea Velatropa... ¡Ni siquiera soñaba con que pudiera haber un lugar así en pleno Buenos Aires!
Y en el especial Juegos Olímpicos, Manu Ginobili se desnuda como deportista de competición. Es como un buen triple, breve y efectivo.
Lo que no me interesa demasiado como tema es "Facebook", pero me resultó seductor comprobar nuevamente que las estafas no son una exclusividad argentina. Sólo le sobraron páginas.
De allí en más no quiero ahondar en cada artículo de sus secciones fijas para no aburrirlos, pero destaco "El Estado del rock" (sirve confirmar lo que es la competencia para los periodistas hoy. La put... ), "Ese ruido a lata", "Perpetua for ever", "Charlotte Gainsbourg" (es difícil que una artista así te abra su corazón y compactarlo en una página), "El beat del circo" (una nota DIFERENTE sobre el Cirque du Soleil), las "Críticas" (muy completas, sólo no entendí todo lo que dijeron de los discos. La de Carole King me pareció la mejor y bastante interesante el análisis del recital de Babasónicos. Los comentarios sobre "Batman" y "Fast Food Nation" también se llevan sus estrellitas); y "En Caliente..." sobre todo las entrevistas a Rosario Ortega y "Prietto viaja al cosmos con Mariano".

En definitiva, supongo que desde la redacción tuvieron la sabiduría necesaria para encontrar con qué engancharnos en cada nota, aunque no todos sepamos de quienes hablan. Me convertí en la prueba viviente de eso. Si bien me dejó la sensación de que algunas notas llevaban un cierto tiempo de escritas al cierre de la edición...
La conclusión que me queda a niver personal es que evidentemente... ME GUSTA cómo escribe esta gente. ¡Hasta las publicidades me leí!

jueves, 14 de agosto de 2008

Presentación


Ese rato que nos tomamos para pensar, leer o escuchar algo con tranquilidad... Un momento privado... Un gusto propio y el último regalo antes de dormir.

Para algunos será un café, para otros un té... No importa, sólo tómense este momento y disfruten de esa pausa en la que el mundo duerme.

Eso es... el café de medianoche